¿A qué tribu pertenece tu empresa? ¿Puedes señalar tres atributos que conformen tus señas de identidad? ¿Sabes lo que necesita tu organización para crecer más rápido y contar con la admiración de otros clanes rivales?
Los nuevos ecosistemas de trabajo, la proliferación de cambios ultrarrápidos y una explosión de agentes disruptores en los sectores tradicionales conforman el cambio de paradigma de la Era Smart y dificultan la respuesta a esas preguntas.
Esos mismos factores han condicionado, a lo largo de la historia, la evolución de la sociedad civil. Las bandas diferentes entre sí tenían la necesidad de formar una comunidad y crear instituciones para facilitar la convivencia entre las personas que decidían vivir juntas, pese a las diferencias entre ellas y otras tribus.
Chihuahua, “lugar donde se juntan las aguas de los ríos” o “lugar de fábricas”, es hoy el estado más grande de México y también el que presenta condiciones de clima y de geografía con mayor nivel de contraste. Esto permite que congregue desiertos, bosques y montañas a lo largo de su territorio. En sus diferentes épocas, en Chihuahua han cohabitado poblaciones muy aisladas que han ido modificando sus hábitos al ir conociendo a otras comunidades.
Así, hasta el año 2.000 a.C., Chihuahua era muy reconocido por la capacidad cazadora y recolectora de sus vecinos. Entre los años 300-1.300 d.C. se convirtió en una población referente a nivel comercial y su territorio fue ocupado por multitud de poblaciones colindantes. Al llegar a sus tierras el español Álvaro Núñez Cabeza de Vaca en 1528, las etnias del lugar eran difíciles de contactar y estaban muy repartidas en el territorio. Eran lo que los españoles llamaban “gente de las rancherías”, pues su población se hallaba ampliamente distribuida sin que sus casas estuvieran necesariamente contiguas, sino separadas por grandes distancias. Una epidemia en 1586 causó la evacuación de gran parte de sus habitantes pero no fue impedimento para que sus comunidades se regenerasen con éxito.
En línea con la “experiencia Chihuahua” y las tesis de “Center for the Edge” , pensamos que las claves para impulsar cambios organizacionales efectivos para el contexto actual son:
Buscar nuevas fronteras que tengan la forma de una oportunidad de negocio emergente y con posibilidad real de convertirse en un nuevo núcleo de negocio en el corto plazo. Competir aislados en una realidad pasada ya no es una opción.
Seleccionar un transformador (o equipo de transformadores) que comprenda y acoja esa oportunidad. Si no está en tu equipo, encuéntralo en la comunidad.
Aislar al equipo transformador de la organización nuclear. Como en Chihuahua, la unión de los equipos llegará y generará una tribu mejor.
Utilizar enfoques de trabajo lean y experimentar nuevas iniciativas para acelerar el aprendizaje. Los Tepehuanes también experimentaron para pasar de cazadores a recolectores.
Complicar el camino al equipo transformador limitando el nivel de ayuda hacia ellos en cuanto a dinero y recursos. Ni la epidemia del SXVI pudo con los Tarahumaras.
Animar al equipo a buscar impulso conectando con otras compañías y a participar en un ecosistema que pueda acelerar el crecimiento. También parecía difícil que los misioneros franciscanos españoles evangelizaran a Conchos y Chinarras y consiguieron resultados rápido.
Dirigir el nuevo negocio hacia el exterior para no canibalizar el negocio raíz. Así hizo Carlos III para defender los ricos territorios de la Nueva España
Mantén vivo tu espíritu Chihuahua, revisa tus señas de identidad, elige tu tribu y empieza a crecer.
Javier García-Yuste
Managing Partner KIRIOM